Emprendimiento tecnológico para la innovación en salud | Nortestudio
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Wearables, Big Data, realidad virtual, impresión 3D… son muchas las tecnologías emergentes que se están llevando al sector salud de la mano de osados emprendedores e innovadoras startups. — Emprendimiento tecnológico para la innovación en salud

El sector de la eSalud en el mundo crecerá al menos 13.300 millones de euros hasta 2016, según la estimación que hace Ametic, la patronal de las empresas españolas dedicadas a la tecnología de la información y la comunicación (TIC), en su informe Análisis de la eSalud en España. Como se recoge en el estudio, éste es uno de los países más envejecidos del mundo, con una población mayor de 65 años superior al 25% y que podría llegar a ser más del 30% en 2020 (según estimaciones del INE) y cercana al 40% en 2050. Derivado de este envejecimiento poblacional, la incidencia de la cronicidad es realmente importante y supone cerca del 75% del gasto sanitario español. Se vislumbra un panorama en el que el modelo de atención extiendalos cuidados más allá de los centros de salud y de los hospitales, que garantice la continuidad asistencial y de cuidados, y que permita gestionar de manera mucho más eficiente la cronicidad. Y la tecnología se perfila como piedra angular, cuya aplicación “ayuda de forma notable a mejorar los resultados en salud de la población, a la par que mejorar la eficiencia del sistema y reduce de forma significativa el consumo de recursos sanitarios y los costes”, reza el citado informe.

Para IDC y Gartner el futuro de las TIC en el sector sanitario pasa obligatoriamente por la soluciones de eHealth y mHealth, con un enorme potencial de crecimiento en los próximos años. Se estima que en Europa tiene un potencial de ahorro cercano a los 99.000 millones de euros. Y en ese contexto surgen emprendedores y startups que plantean innovadoras herramientas que permiten al paciente los mejores tratamientos posibles mientras se preserva la sostenibilidad del sistema.

Una de ellas es Talemnology, una startup que, uniendo innovación y tecnología, busca dotar de herramientas a quien padece una enfermedad crónica, integrando así al paciente en la gestión de su propia enfermedad desde su domicilio o al médico, dándole la posibilidad de diagnosticar enfermedades en etapas precoces, por métodos no invasivos, que le permitan monitorizar la evolución de la enfermedad. “El sistema sanitario se enfrenta a retos significativos, tanto financieros, como de incremento de la demanda de atención, como de escasez de recursos disponibles”, explica Nacho N. Rufo, uno de los tres fundadores de Talemnology, que se focaliza en el paciente crónico, que representa el 20% de los pacientes que generan el 70% del gasto sanitario con expectativas que este porcentaje se duplique en los próximos 10 años. “Nuestra visión es la de buscar soluciones pensando en que sea mejor para el paciente, aportándole herramientas que le posibiliten una mayor calidad de vida, y mejor para el sistema, reduciendo costes”.

Así pues, si el objetivo de cualquier emprendedor es el de satisfacer necesidades y resolver problemas, en el sector salud en particular hay mucho por hacer en ambos sentidos. Y las tecnologías se postulan como la principal herramienta para realizar la transformación necesaria del sector y poder evolucionar los sistemas sanitarios hacia una mejor atención, más eficiente y más sostenible.

Pero además, como apunta Nacho N. Rufo, “los emprendedores pueden dar salida comercial a los resultados de investigación generados por grupos de investigación clínica o de bioingeniería con clara viabilidad técnica y económica. Se evitaría así que se quedaran en un cajón o, en el mejor de los casos, en una publicación y además se podrían generar productos para dar respuesta a necesidades de potenciales usuarios”. Se trata, pues, de un buen campo para fomentar el emprendimiento y prueba de ello son las numerosas aplicaciones móviles que han ido surgiendo en este entorno, desde las que controlan alergias hasta las que como Inithealth, permite gestionar el historial médico, controlar la alimentación o establecer los retos de salud desde el teléfono móvil.

“Los emprendedores está apostando mucho por los wearables y apps. Hay oportunidades en soluciones que ayuden los profesionales a ser más eficientes y ahorrar dinero. Se están desarrollando muchas soluciones de simulación y seguimiento de operaciones en directo con gafas inteligentes (Google Glass, Oculus Rift, Atheer Labs, etc) que ayudan a formar mejor los futuros médicos”, comenta Aline Noizet, responsable de Desarrollo de Negocio para Europa del congreso Health 2.0, que recientemente ha celebrado en Barcelona su sexta edición europea con 500 delgados de 38 países diferentes, 120 ponentes y 100 demo en vivo. “Este año se ha visto un cambio positivo: las soluciones presentadas son más maduras, listas para ser implantadas en el sistema sanitario”. [/vc_column_text]

Tecnologías emergentes

Las tecnologías más innovadoras como Big Data, realidad virtual, impresión 3D y wearables también están encontrando su aplicación en el sector sanitario.

“Cada vez más estaremos obligados a responsabilizarnos de nuestra salud, no sólo desde el punto de vista clínico sino de las consecuencias económicas de las decisiones que, con respecto a nuestros hábitos de vida y de gestión de nuestras cronicidades, afecten a nuestra salud y al uso que hagamos de los sistemas sanitarios, sean públicos o privados”, indica Nacho N. Rufo. Y en este sentido los wearables o llevables serán de gran ayuda, serán las herramientas que a los pacientes les posibiliten dicha gestión, fundamentalmente desde su casa y en asistencia primaria.

El futuro del cuidado de los enfermos crónicos será Mobile Health“, asegura el fundador de Talemnology, bajo cuyo paraguas han creado Ivol, un dispositivo médico sensor wearable desarrollado sobre plataforma móvil, orientado al paciente con Insuficiencia Cardíaca Congestiva y posibilita una alerta temprana sobre acumulación de líquido en extremidades inferiores. Esto permite evitar las descompensaciones por este motivo, que se constituyen como el principal motivo de hospitalizaciones y reingresos de los enfermos con dicha patología. “Ivol podría evolucionar dando prestaciones a otras enfermedades donde la descompensación por acumulación de líquido sea una medida relevante. Actualmente, estamos estudiando la posibilidad de usarlo en pacientes cirróticos”.

Otro ejemplo de emprendimiento en este campo es Zerintia Technologies, que acaba de lanzar una solución wearable para la gestión remota y en tiempo real de pacientes crónicos. Creada sobre tecnología Oracle Digital Platform, se basa en el uso de los wearables, asesorando y monitorizando constantemente al paciente, que solo tiene que llevar puesto el dispositivo y seguir una serie de instrucciones cuando éste le requiera una acción como tomar un medicamento, realizar ejercicio o tomarse la tensión.

Pero los wearables van más allá de la monitorización de las constantes vitales y es que estamos viviendo un gran momento en cuanto a avances tecnológicos. ” Desde mi punto de vista las apps y weareables no son tan útiles por sí mismos, pero producen datos muy útiles. Por ello creo que el gran valor vendrá por si integración con otros elementos y con tecnologías como el Big Data. De hecho los wearables presentan una gran posibilidad de recopilar información sobre el estilo de vida de las personas de una manera no intrusiva”, destaca Paulo Rodrigues, CEO y cofundador de Mint Labs junto con Vesna Prchkovska, que han desarrollado una plataforma basada en la nube que almacena, gestiona y procesa datos cerebrales. Las imágenes de resonancia magnética (IRM) del cerebro se envían de manera sencilla a la plataforma y sus algoritmos de cuantificar el estado del cerebro.

“Los wearables serán muy importantes para obtener mediciones objetivas del estilo de vida de una persona y, mezclándolos con datos IRM (u otro tipo de imágenes) nos permite salvar el desfase entre los síntomas y los daños y cambios en el cerebro. El Big Data tiene un papel crucial para dotar de sentido a los datos, y la impresión 3D nos ayuda a llevar esta tecnología compleja de una manera más sencilla para pacientes y doctores”, explica Rodrigues. “Nuestra plataforma en la nube combina diferentes datos (movimiento, historia clínica, genómica, etc.) con imágenes de resonancia magnética como un “ancla”.

Con su herramienta, Mint Labs está trabajando en el apoyo de especialistas para entender las enfermedades del cerebro y ayudarles a desarrollar nuevos tratamientos eficaces para las enfermedades cerebrales. “Al mismo tiempo estamos construyendo una gran base de datos de imágenes cerebrales, donde aplicamos técnicas de aprendizaje automático para ayudar en el diagnóstico”. Y la acogida por parte de médicos, neurólogos y neurocirujanos ha sido muy buena ya que la solución les permite ver el cerebro en 3D, lo que sería casi como tener las manos en el centro del cerebro virtual del paciente. La plataforma tiene como usuarios a la mayoría de los hospitales de Barcelona, como el Hospital Clínic, Hospital San Joan de Déu, Hospital Benito Menni, etc y cada vez más organizaciones de todo el mundo. También está siendo utilizada por la UCSF, Beth Israel, y varios otros centros en Europa y Estados Unidos.

Emprendimiento tecnológico para la innovación en salud

Clf cool (Flickr| Licencia Creative Commons 2.0)

La otra tecnología emergente, la impresión 3D, también está generando emprendimientos en el área de la salud, como es el caso de BRECA Healthcare que se surgió en el año 2010, cuando apenas se conocía la impresión 3D. “Identificamos que la impresión 3D unida a las técnicas computacionales existentes permiten la realización de prótesis e implantes a medida con estructura mallada a precios competitivos. Poco a poco, nos fuimos posicionando más en reconstrucciones complejas, principalmente cráneo maxilofaciales y de origen tumoral. Hemos sido una de las primeras empresas en certificar prótesis e implantes a medida por impresión 3D“, explica José Manuel Baena, CEO y fundador de BRECA Healthcare, quien además añade que recientemente y a partir de una colaboración en un proyecto, han lanzado REGEMAT 3D, dedicada a la bioimpresión de tejidos (bioprinting). “Es un producto y mercado totalmente diferente pero creemos que a largo plazo va a significar una revolución en la regeneración de lesiones tisulares”.

La impresión 3D, que permite de manera aditiva fabricar estructuras con geometría interna a medida e interna mallada y depositar distintos materiales en el interior, capa a capa, es la única forma de reproducir las estructuras complejas de cualquier tejido. “Esto unido a el tratamiento de imágenes por computador que posibilita que podamos extraer la anatomía de un paciente simplemente a partir de un TAC o RM, hace que estas tecnologías tengan un potencial increíble en el ámbito sanitario”, incide Baena.

Las apps y realidad virtual tampoco se quedan al margen del emprendimiento. En el congreso internacional Health 2.0 se presentaron dos innovadoras soluciones: Neurodigital, que diseña soluciones a través de la realidad virtual para la rehabilitación física, visual y cognitiva y cuenta con Gloveon, un guante que envía sensaciones a través de la vibración para “tocar” la realidad virtual; Snoezelen, una terapia multisensorial para el tratamiento de patologías; Vire, una herramienta que usa los sensores comerciales y dispositivos de captura de movimiento para capturar el movimiento de articulaciones; y Ambliok, un videojuego que utiliza la realidad virtual para la rehabilitación de áreas cerebrales implicadas en la visión.

También se presentó Psious, una app orientada al tratamiento de fobias especialmente en jóvenes con autismo a través de la realidad virtual. Usando el teléfono móvil se pueden tratar y diagnosticar trastornos de ansiedad mediantes exposición gradual. Mediante el uso de un casco (o gafas de realidad virtual o aumentadas) y un smartphone dirigidos desde un ordenador que propone diferentes escenarios tridimensionales que recrean cada fobia. La app ya está siendo usada por más de 90 profesionales de la salud mental

Retos y escollos

No cabe duda de que todos los avances tecnológicos que estamos viviendo en estos años -desde el Big Data y la impresión 3D, pasando por la realidad virtual, cloud computing y los wearables- van a ser una revolución y en los próximos años irán encontrando su aplicación en el sector salud y biotecnológico, generando muchas oportunidades de negocio a nivel global.

Se trata, por tanto, de un ámbito atractivo -“poder dedicar tu trabajo a encontrar soluciones a problemas sanitarios no tiene precio”, resalta Baena- y lleno de posibilidades para los emprendedores aunque con numerosos escollos.

“Es un sector con mucha regulación, con unos tiempos de desarrollo muy grandes, y grandes inversiones. En los países en los que la sanidad es eminentemente pública como el nuestro el tener como cliente principal a la administración hace que muchos emprendedores se lo piensen dos veces”, apunta el CEO de BRECA Healthcare. “El sector de los implantes es muy lento, está dominado por pocas empresas grandes. El tema regulatorio tampoco ha ayudado mucho, la administración española es lenta y no cuenta con personal con conocimientos técnicos suficiente para evaluar tecnologías emergentes. Esto hace que todo se retrase. La acogida a nivel clínico fue muy buena, pero de ahí a su aplicación es otra historia. En cambio, con las bioimpresoras la aceptación está siendo otra cosa. Creo que nos vamos a quedar cortos en previsiones”.

Y es que, como señala el cofundador de Mint Labs, el mayor desafío está relacionado con la forma de pensar obsoleta que todavía está presente en todo. Como en el emprendimiento social, conseguir que los inversores quieran financiar proyectos relacionados con el sector salud es uno de los grandes retos para los emprendedores.

Especialmente en los inversores en la Unión Europea, todavía existe la idea de que una empresa que está haciendo relacionado con la salud tendrá un tiempo lento en el mercado, con las regulaciones vigentes. Así que esto crea dificultades para obtener fondos a pesar de que, en nuestro caso, somos una empresa de tecnología. La otra dificultad es que los inversores locales (inversores de la Unión Europea) tienen menos recursos y muchos están buscando por time to market corto, en el que la menor inversión proporcionará un ROI rápido. En los Estados Unidos las cosas son muy diferentes: se entiende lo que hacemos y el valor de los datos es mucho mayor que la búsqueda de ingresos”

 

Como señala el fundador de Talemnology, también existen convocatorias públicas para financiar proyectos, tanto de organismos internacionales, nacionales como regionales, “pero los plazos de resolución son lentos y en su mayoría, estas ayudas suelen estar sujetas a contar con financiación privada”.

La responsable de desarrollo de negocio para Europa de Health 2.0 abunda en este sentido: “Conseguir financiación cuesta mucho. Hay poco inversores que inviertan en salud digital porque es nuevo y los inversores no siempre se quieren arriesgar. Desgraciadamente muchos emprendedores europeos se mudan a Estados Unidos porque el dinero está allí, y consiguen más que lo quieren en poco tiempo. Es una pena que los emprendedores se vayan”.

También es importante que haya una ley bajo la que puedan certificar apps y wearables que permitan a los médicos recetarlas a los pacientes. “Esto aumentaría el interés por desarrollar apps y wearables de base científica y no sólo de bienestar, como pasa actualmente en la mayoría de los casos”, comenta Nacho N. Rufo.

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