La OMS marca 13 prioridades sanitarias urgentes para esta década
La Organización Mundial de la Salud incluye alcanzar salarios dignos para los sanitarios entre los retos urgentes junto a la lucha contra la desinformación en la red, el acceso a los medicamentos, la reflexión sobre las implicaciones éticas de nuevas tecnologías como la edición genética.La Organización Mundial dela Salud (OMS) publicó el pasado enero una lista con las trece prioridades sanitarias que deben abordarse de forma urgente en esta década y que tienen mucho de reto global y no estrictamente sanitario pese a afectar de lleno a la salud de la población. La OMS, que reconoce que no es fácil abordar ninguna de estas cuestiones, acaba recordando en cualquier caso que la salud pública no deja de ser una elección política. Y sobre esa base advierte que los países no están invirtiendo lo necesario en las verdaderas prioridades sanitarias y necesidades de los sistemas sanitarios poniendo en riesgo muchas vidas y economías.
Sus expertos han trazado estas 13 prioridades urgentes para esta década.
Según su director, Tedros Adhanom Gebreyesus, la lista refleja la profunda preocupación por el hecho de que los líderes mundiales no están invirtiendo suficientes recursos en las prioridades sanitarias ni en los sistemas básicos de salud, lo que pone vidas, medios de subsistencia y economías en peligro. Para Tedros, aunque ninguno de esos problemas es fácil de abordar, la salud pública es, en última instancia, “una elección política” como demuestra el hecho de que la diferencia de la esperanza de vida es de hasta 18 años según uno viva en un país rico o en uno pobre.
“Tenemos que darnos cuenta de que la salud es una inversión en el futuro. Los países invierten mucho en proteger a su gente de los ataques terroristas, pero no contra el ataque de un virus, que podría ser mucho más mortal y mucho más dañino económica y socialmente. Una pandemia podría poner de rodillas a la economía y a las naciones”, dijo.
Agregó que todos los desafíos en la lista requieren una respuesta que vaya más allá de los ministerios de salud, ya que son amenazas compartidas y todos los países tienen la responsabilidad de actuar.
Con la fecha límite para los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 acercándose rápidamente, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha subrayado que los próximos 10 años deben ser una década dedicada a la acción.
“Esto significa abogar por fondos nacionales para abordar las brechas en los sistemas y la infraestructura de salud, así como brindar apoyo a los países más vulnerables. Invertir ahora salvará vidas, y dinero, más adelante. El costo de no hacer nada es uno que no podemos pagar. Los Gobiernos, las comunidades y las agencias internacionales deben trabajar juntos para lograr estos objetivos críticos. No hay atajos para un mundo más saludable”.
1. Llevar la salud al debate sobre el cambio climático
La crisis climática es una crisis de salud. La contaminación del aire mata a aproximadamente 7 millones de personas cada año, mientras que el cambio climático provoca desastres naturales más extremos, exacerba la desnutrición y alimenta la propagación de enfermedades infecciosas como la malaria.
Las mismas emisiones que causan el calentamiento global son responsables de más de una cuarta parte de las muertes por ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y enfermedades respiratorias crónicas. Los líderes de los sectores público y privado deben trabajar juntos para limpiar nuestro aire y mitigar los impactos del cambio climático en la salud.
En 2019, más de 80 ciudades en más de 50 países se comprometieron con las pautas de calidad del aire de la OMS y acordaron alinear sus políticas climáticas y de contaminación. Este año, la Organización trabajará para desarrollar un conjunto de opciones de políticas para que los Gobiernos eviten o reduzcan los riesgos para la salud de polución.
Para afrontar este reto, la OMS dice haber conseguido ya que 80 ciudades de más de 50 países se comprometan con las guías de calidad y reducción de la polución que ha elaborado la OMS y este año, además el organismo mundial elaborará una lista de posibles políticas a adoptar por los países para reducir el impacto sobre la salud de la polución.
2. Garantizar la sanidad en situaciones de conflicto o crisis
En 2019 la mayor parte de los brotes epidémicos que precisan una alta respuesta de la OMS se produjo en países que se encuentran inmersos en largos conflictos. Además se ha visto -explica la OMS- una continuación de la tendencia a situar las instalaciones sanitarias y los trabajadores sanitarios como objetivo en estos conflictos, produciéndose hasta 978 ataques sobre sanitarios en 11 países y casi 200 muertes por esta razón. A estos ataques directos sobre los trabajadores sanitarios hay que añadir las personas que se quedan sin cobertura sanitaria a veces durante años como consecuencia de los conflictos bélicos.
La OMS dice haber respondido el pasado año a 58 situaciones de emergencia en 50 países el pasado año y reforzado los sistemas sanitarios de países en riesgo, pero recuerda que fortalecer la sanidad es sólo una parte de una ecuación en la que es imprescindible encontrar soluciones políticas para los largos conflictos armados y proteger a los trabajadores sanitarios de los ataques.
3. Hacer que la atención médica sea más justa
Las brechas socioeconómicas persistentes y crecientes resultan en grandes discrepancias en la calidad de la salud de las personas.
No solo hay una diferencia de 18 años en la esperanza de vida entre los países ricos y pobres, sino también una marcada brecha dentro de los países e incluso dentro de las ciudades.
Mientras tanto, el aumento global de las enfermedades no transmisibles, como el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes tienen una carga desproporcionadamente grande en los países de bajos y medianos ingresos y puede agotar rápidamente los recursos de los hogares más pobres.
La OMS trabaja para mejorar la atención infantil y materna, la nutrición, la igualdad de género, la salud mental y el acceso a agua y saneamiento adecuados. Este año, la Organización proporcionará orientación sobre cómo los países pueden reducir mejor la desigualdad en la atención de la salud, mejorando la gobernanza y la gestión de los servicios de salud públicos y privados.
Una de las mejores maneras de reducir las desigualdades es a través de la atención primaria de salud, que aborda la mayoría de las necesidades de una persona. Todos los países deberían asignar un 1% más de su Producto Interno Bruto a este tipo de atención, para que más personas tengan acceso a los servicios esenciales de calidad que necesitan, cerca de sus hogares.
4. Mejorar el acceso a los medicamentos
La OMS estima que un tercio de la población mundial no tiene acceso a medicamentos, vacunas, herramientas diagnósticas y otros productos sanitarios esenciales. Esta falta de acceso amenaza la vida de muchas personas y puede incentivar las resistencias a medicamentos. Los medicamentos se han convertido ya, según la OMS, en la segunda partida de mayor gasto de los sistemas sanitarios tras el coste de personal y en el mayor componente del gasto sanitario privado en los países de bajas y medias rentas.
Por ello, el organismo internacional, afirma que este año pondrá el foco en las áreas prioritarias para un acceso global, la lucha contra los medicamentos falsificados o de baja calidad y la garantía de acceso a métodos diagnósticos y tratamientos de enfermedades no transmisibles en países de bajos ingresos, incluida la diabetes.
5. Detener las enfermedades infecciosas
Las dolencias infecciosas como el VIH, la tuberculosis, la hepatitis viral, la malaria, las enfermedades tropicales desatendidas y las infecciones de transmisión sexual matarán a unos 4 millones de personas en 2020, en su mayoría pobres.
Al mismo tiempo, las enfermedades que pueden ser prevenidas mediante la vacunación continúan matando, como el sarampión, que costó 140.000 vidas en 2019, muchas de ellas niños. Aunque la polio se ha llevado al borde de la erradicación, hubo 156 casos el año pasado, la mayor cantidad desde 2014.
Las causas fundamentales de este flagelo son los niveles insuficientes de financiamiento y la debilidad de los sistemas de salud en los países endémicos, junto con la falta de compromiso de los países ricos.
Existe una necesidad urgente de una mayor voluntad política y financiación para los servicios esenciales de salud. También es necesario el fortalecimiento de los sistemas de vacunación, así como concentrar más esfuerzos para mitigar los efectos de la resistencia a los medicamentos. Es igualmente necesario invertir en investigación y desarrollo de nuevos diagnósticos, medicamentos y vacunas.
6. Prepararse para las epidemias
La OMS advierte de que cada año se gasta mucho más en afrontar los brotes de enfermedades, desastres naturales y emergencias sanitarias que se producen que en prepararse para ellos y tratar de prevenirlos. Eso debe cambiar más aún si se tienen en cuenta que hay enfermedades de transmisión vectorial como el dengue, la malaria, zika, chikungunya o la fiebre amarilla cuyos mosquitos transmisores se están extendiendo a nuevas áreas fruto del cambio climático.
Ante esa situación, la OMS ha elaborado ya siete pasos concretos que deben adoptar los países y las instituciones y que incluyen mayor cooperación internacional y mayor financiación.
7. Asegurar alimentos y productos saludables para todos
La falta de alimentos, los alimentos inseguros y las dietas poco saludables son responsables de casi un tercio de la carga actual mundial de enfermedades.
El hambre y la inseguridad alimentaria siguen afectando a millones, y la escasez de alimentos se explota perniciosamente como arma de guerra.
Al mismo tiempo, a medida que las personas consumen alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar, grasas saturadas, grasas trans y sal, el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades relacionadas con la dieta están aumentando a nivel mundial.
El consumo de tabaco está disminuyendo en algunos lugares, pero está aumentando en la mayoría de los países, mientras se acumulan pruebas sobre los riesgos para la salud de los cigarrillos electrónicos.
La OMS trabaja con los países para desarrollar políticas públicas basadas en la ciencia, inversiones y reformas del sector privado para remodelar los sistemas alimentarios y proporcionar dietas saludables y sostenibles.
En 2019, la industria alimentaria se comprometió a eliminar las grasas trans para 2023, pero se necesita hacer más.
8. Dar un respiro a los agotados trabajadores sanitarios
Al hablar de los trabajadores sanitarios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no suaviza la situación: la crónica falta de inversión en la formación y el empleo de los trabajadores de la salud ha aparejado la falta de garantías de un salario decente, lo que ha llevado a escasez de trabajadores sanitarios en todo el mundo. Y esto ha provocado la necesidad de 18 millones adicionales de sanitarios en el mundo en 2030, principalmente en países de bajos y medios ingresos, incluidas 9 millones de enfermeras y matronas.
Resolver este grave problema implica fundamentalmente, invertir más en educación y estimular a los países a nuevas inversiones en la formación de trabajadores sanitarios y el el pago de salarios decentes.
9. Proteger a los adolescentes
Más de un millón de adolescentes de entre 10 y 19 años mueren cada año. Las principales causas de muerte en este grupo de edad son las lesiones en la carretera, el VIH, el suicidio, las infecciones de las vías respiratorias inferiores y la violencia interpersonal. El uso nocivo del alcohol, el tabaco y las drogas, la falta de actividad física, las relaciones sexuales sin protección y la exposición previa al maltrato infantil aumentan el riesgo.
En 2020, la OMS emitirá una nueva guía para los encargados de formular políticas, profesionales de la salud y educadores, llamada Helping Adolescents Thrive. El objetivo es promover la salud mental de las adolescentes y prevenir el uso de drogas, alcohol, autolesiones y violencia interpersonal, así como proporcionar a los jóvenes información sobre la prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual, anticoncepción y atención durante el embarazo y el parto.
10. Ganar la confianza de la población.
La desinformación en las redes sociales y la erosión de la confianza en las instituciones públicas está haciendo mella y quedando patente en movimientos como los antivacunas. La OMS dice estar ya trabajando con redes como Facebook o Pinterest para garantizar que sus algoritmos devuelven respuestas veraces seguras sobre temas como las vacunas o asuntos de salud pública.
Con todo, pide autoreflexión a la comunidad científica y a los responsables de la salud pública: “debemos hacer un mejor trabajo escuchando a la comunidad a la que servimos”, reflexiona el organismo sanitario mundial. Además, habrá que invertir más también en sistemas de información de salud pública.
11. Uso positivo de las nuevas tecnologías
Las nuevas tecnologías están revolucionando nuestra capacidad para prevenir, diagnosticar y tratar muchas enfermedades. La edición del genoma, la biología sintética y las tecnologías de salud digital, como la inteligencia artificial, pueden resolver muchos problemas, pero también plantean nuevas preguntas y desafíos para el monitoreo y la regulación.
Sin una comprensión más profunda de sus implicaciones éticas y sociales, estas nuevas tecnologías, que incluyen la capacidad de crear nuevos organismos, podrían dañar a las personas a las que deben ayudar.
En 2019, la OMS estableció nuevos comités asesores para la edición del genoma humano y la salud digital, reuniendo a los principales expertos mundiales para revisar la evidencia y brindar orientación. La OMS también está trabajando con los países para permitirles planificar, adoptar y beneficiarse de nuevas herramientas que brindan soluciones clínicas y de salud pública, al tiempo que respaldan una mejor regulación de su desarrollo y uso.
12.- Proteger los medicamentos que nos protegen
Las resistencias bacterianas amenazan con llevar a la medicina moderna décadas atrás hasta la era preantibiótica, cuando someterse a una cirugía de rutina era semejante a ruleta rusa. Esta década debe afrontar de forma decidida el problema de las resistencias a los antibióticos en paralelo a un acción para el desarrollo de nuevos antibióticos.
13. Mantener nuestra sanidad limpia
Una de cada cuatro instalaciones sanitarias mundiales carece de los servicios básicos de agua, incrementando el riesgo de infección para pacientes y trabajadores sanitarios. El reto es todavía conseguir servicios básicos de agua en todas las instalaciones sanitarias en 2030.
Vía Noticias ONU y Diario Médico