Wearable Medical Devices
Es evidente que en los últimos años la tecnología ha entrado de lleno en todas las facetas de nuestra vida; teléfonos inteligentes que nos geolocalizan y nos recomiendan qué ruta seguir para evitar el típico atasco, dispositivos portables que nos monitorizan las calorías, el ritmo cardiaco y nuestro nivel de glucosa en sangre, coches que detectan si el conductor está sufriendo de somnolencia, o colchones inteligentes que nos ayudan a valorar la calidad de nuestro descanso son sólo algunos ejemplos.
En el contexto actual de digitalización acelerada e instantaneidad de la información gracias a las llamadas TICS, el sector de la salud representa uno de los ámbitos que más oportunidades ofrece a los desarrolladores de tecnología en relación a la mejora y optimización de los procesos asistenciales.
Con el fin de dimensionar lo que representa el mundo digital en el campo de la medicina, basta con echarle un vistazo a algunos datos publicados por entidades especializadas en los últimos años. Según un informe elaborado en 2013 por el Instituto IMS Healthcare Informatics, sólo en Apple Store iTunes, podían descargarse más de 40.000 aplicaciones de uso clínico. En la actualidad, si además se consideran las aplicaciones médicas disponibles en la Google Play Store, esta cifra asciende a más de 100.000. Del mismo modo, otro estudio presentado por Transparency Market Research (https://goo.gl/AN5mSt) destaca que el mercado global de dispositivos médicos portables ya alcanzaba en 2014 los 2.700 millones de dólares, estimándose que alcanzaría los 10.000 millones para el año 2023. Estas cifras podrían incluso verse superadas a tenor de la actual tasa de consumo de este tipo de tecnologías; de hecho, actualmente cerca del 30% de la población estadounidense ya dispone de algún tipo de wearable para la salud, y al menos un 60%, manifiesta abiertamente que la esperanza de vida crecerá significativamente gracias a la monitorización de las constantes vitales a través de este tipo de dispositivos (https://goo.gl/1O4Mcg).
Según los expertos en sistemas de información para la salud, y tal y como se desprende de las conclusiones del último encuentro sobre TICs y salud organizado por la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria de la Comunidad Valenciana (FISABIO) (https://goo.gl/Moyaab), la tecnología wearable está llamada a cambiar la estructura en la que se organizan los procesos asistenciales, optimizando y mejorando significativamente la actual forma de practicar la medicina. En cierto sentido, se aboga por la transformación de una salud vertical y unidereccional, basada en los compartimentos estancos que ofrecen las especialidades médicas, por una práctica multidisciplinar e integral, cuyo foco sea el propio paciente, el cual, a través de la información recogida por los dispositivos tecnológicos portables, se transforme en elemento activo de todo el proceso. Se trata por tanto de implicar al propio ciudadano, cada vez más informado, en el seguimiento, cuidado y mantenimiento de su salud.
Esta visión transformadora de los sistemas de salud no puede realizarse, a juicio de los expertos, únicamente a través del empuje tecnológico de los dispositivos médicos portables. Resulta evidente, que la tecnología por sí misma no representa un beneficio, y más en un ámbito tan escéptico, tecnológicamente hablando, como el de los profesionales sanitarios. Se requiere por tanto, que la tecnología vaya acompañada de un cuerpo de conocimiento que garantice su aplicabilidad, validez y fiabilidad en el marco de actuación considerado. El desarrollo de evidencias clínicas que demuestren la aplicabilidad de los desarrollos tecnológicos en general, y de los wearables en particular, resulta esencial para su futura implantación en el día a día de las consultas medicas.
Teniendo en cuenta la necesidad de desarrollar aplicaciones médicas específicas de los sensores portables, conviene destacar en este punto las diferencias existentes entre los wearables y los dispositivos médicos wearables. Los primeros hacen referencia a aquellos dispositivos que monitorizan, de manera continua o discreta, cierta información fisiológica para, a través de datos brutos o agregados, mostrar información numérica sobre su evolución a lo largo del tiempo. Por el contrario, los dispositivos médicos portables son aquellos que, haciendo uso de estos registros u otros con significación clínica, proporcionan información procesada de calidad y de valor médico para la toma de decisiones. Son precisamente este segundo grupo de dispositivos los que incorporan aplicaciones específicas para la salud, basadas en una capa de conocimiento embebido, los que se postulan como el futuro de la tecnología sanitaria.
Precisamente, uno de los campos con mayores posibilidades de aplicación de la tecnología wearable en las consultas de atención primaria es aquel que rodea a la gestión clínica de los trastornos del aparato locomotor. Los motivos fundamentales que subyacen detrás de esta afirmación residen en la altísima prevalencia de estas dolencias, el coste socio sanitario asociado a su valoración y tratamiento, así como la frecuencia de enfermedades y síndromes crónicos con afectación, en menor o mayor medida, sobre el sistema musculo-esquelético. Asimismo, si consideramos factores poblacionales como el sedentarismo o el envejecimiento progresivo, los cuales llevan asociados la aparición de síndromes y trastornos que menoscaban la funcionalidad física de las personas, todavía se hace más evidente la necesidad de modernizar las vías en las que se gestiona este tipo de dolencias.
En este contexto, resulta llamativo que a pesar del alto nivel de desarrollo de soluciones wearable alcanzado en campos afines como la biomecánica y la valoración funcional instrumentada del sistema musculo-esquelético, todavía es discreto el nivel de penetración de este tipo de soluciones tecnológicas en los servicios de atención primaria. Por lo general, los argumentos que se han esgrimido para frenar su inclusión en los procesos asistenciales, hacen referencia a aspectos relacionados con la inversión requerida, el tiempo necesario para su utilización o la falta de aplicaciones específicas que ayuden al profesional en el proceso de toma de decisiones.
En un intento de fomentar la transferencia de conocimiento en el campo de la gestión sanitaria de los trastornos del aparato locomotor, así como de romper las barreras anteriormente mencionadas que permitan la modernización de los procesos de atención primaria, los profesionales de la innovación abogan por el desarrollo de aplicaciones médicas, basadas en dispositivos portables, que contribuyan claramente a la optimización en el uso de los recursos sanitarios disponibles, facilitando a los profesionales su asignación, en tiempo y forma, a aquellos pacientes que más los necesiten. Así por tanto, las nuevas soluciones tecnológicas propuestas desde el ámbito de la I+D+i deben centrarse en la correcta segmentación y categorización de
los pacientes, facilitando la valoración objetiva de su nivel de riesgo específico ante la enfermedad. Esta segmentación, basada en información objetiva y de valor recogida por dispositivos portables costo-efectivos, e integrables dentro de los procesos asistenciales propios de una consulta de atención primaria, no únicamente tendrán un efecto positivo por lo que a la gestión de recursos se refiere; también posibilitará el fomento de políticas de prevención de la enfermedad mediante protocolos clínicos de monitorización y seguimiento del riesgo de la población protegida. De esta forma, se abre la puerta a la tan ansiada transformación de los sistemas de salud; desde un modelo intervencionista reactivo, a uno más eficiente y sostenible basado en la prevención y el empoderamiento del paciente.
El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), referente internacional en el ámbito del desarrollo de soluciones tecnológicas en el campo de la salud y la calidad de vida, desarrolla el proyecto ESPARTAN(https://goo.gl/52pHG7), el cual tiene el objetivo de avanzar en la aplicabilidad de los sensores inerciales portables como tecnología de análisis de movimientos. Este proyecto ha sido financiado por IVACE en el marco del programa de ayudas dirigidas a centros tecnológicos de la Comunidad Valanciana, confinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Artículo escrito por David Garrido Director de Innovación de Mercados del Instituto de Biomecánica de Valencia.